La fotografía móvil ha avanzado a pasos agigantados con la llegada de sensores fotográficos más grandes, los cuales han traído puros beneficios de cara a la funcionalidad y calidad de las fotos. No obstante, estos traen un compromiso que no parece ser obvio a primera vista: la distancia de enfoque mínimo se ve reducida.
De hecho, un problema muy común con muchos de los smartphones de gama alta actuales — y que los reviewers suelen darse cuenta — es que a veces cuesta tomar una fotografía de cerca de un objeto (i.e. un macro) utilizando el sensor principal. Para solucionar esto, en vez de utilizar un lente macro como tal, los fabricantes optan por “delegar” este trabajo al ultra gran angular.
Es una funcionalidad que puede estar o no incorporada en la cámara. Todo depende del teléfono. Por ejemplo, en el caso del Honor Magic5 Pro — equipo que usaremos para los ejemplos de este artículo — utiliza el ultra gran angular cuando detecta que estamos muy cerca de un objeto. En otros, tenemos que cambiar manualmente de lente para poder acercarnos más.
Pero también existe otra opción: el lente teleobjetivo, el cual nos permite hacer acercamientos sin están tan cerca del sujeto u objeto al que le queramos tomar una foto de cerca. ¿Cuál de estas dos opciones es la mejor? Veámoslo en mayor detalle (ba-dum-tss):
Ultra gran angular vs Zoom
Que uno u otro sea mejor depende del sistema de cámaras.
En ese aspecto, una de las ventajas del Honor Magic5 Pro, es que los tres sensores tienen la misma resolución y entregan imágenes similares, por lo que en términos de resolución y cantidad de detalle capturado son más o menos parecidos, al menos cuando tenemos una buena cantidad de luz disponible a nuestra disposición.
Ahí entra una posible ventaja del ultra gran angular: es un lente mucho más luminoso (porque tiene una apertura más amplia) que un teleobjetivo, por lo que se puede usar en situaciones de baja luz (aunque hay casos en donde el sensor principal reemplaza al teleobjetivo en situaciones de baja luz). Eso sí, el problema está en que si te sitúas demasiado cerca del sujeto u objeto a fotografiar, puedes generar mucha sombra. Esta sombra puede obstruir y oscurecer la imagen. Por lo que igual es importante mantener una cierta distancia para asegurar una iluminación óptima y evitar obstrucciones innecesarias en la fotografía.
Otra limitación que encontramos en el teleobjetivo es que su enfoque mínimo puede ser bastante limitado, es decir, no nos permite acercarnos demasiado al objeto que queremos fotografiar, lo que limita nuestra capacidad para captar detalles más finos. Este factor puede ser crítico en la fotografía macro o en situaciones donde se requiere un acercamiento significativo.
Por otro lado, en el caso del ultra gran angular, un inconveniente a considerar es la falta de estabilizador. La ausencia de este elemento puede dificultar la toma de algunas fotos, particularmente en situaciones de movimiento o en condiciones de baja luz donde se requiere una mano muy estable. Sin un estabilizador, cualquier movimiento menor se magnifica, resultando en imágenes borrosas o distorsionadas.
Entonces, ¿cuál conviene para fotografía macro?
Utilizar uno u otro lente depende netamente de la necesidad que tengamos sobre la fotografía: si no podemos acercarnos mucho, entonces lo mejor es usar el teleobjetivo para evitar cualquier problema, de lo contrario, usamos el ultra gran angular.
En general, nos vamos a dar cuenta que con el gran angular lograremos tomar fotos mucho más detalladas que con el teleobjetivo, esto porque usualmente suelen tener un sensor de mayor resolución que el otro, pero por sobretodo, porque su distancia de enfoque mínimo es mucho menor comparado a los otros lentes que pueda tener un teléfono.
¿Por qué ocurre esto? Básicamente, porque como el ultra gran angular está diseñado para capturar un campo de visión mucho más amplio, la menor distancia focal — junto con el menor tamaño del sensor — permiten que se capture con mayor nitidez lo que tenemos justo al frente de nuestra lente, es decir, tenemos una mayor profundidad de campo.
De hecho, técnicamente no es correcto decir que la distancia mínima de enfoque se ve perjudicada por tener un sensor más grande; en realidad, se da por una mezcla de cosas: por un lado, tenemos la construcción óptica de la lente, donde la distancia mínima de enfoque está determinada por la distancia focal y la configuración de los elementos de esta. Por otro lado, el tamaño del sensor afecta la profundidad de campo, es decir, la cantidad de la imagen que aparecerá enfocada.
Ahora, en lo personal el teleobjetivo lo encuentro mucho más cómodo para tomar «macros», principalmente porque puedo estar más alejado del objeto, y porque tengo el estabilizador que me ayuda a mantener bien el encuadre. En el peor de los casos, si tengo la suerte de andar con un teléfono con un teleobjetivo con sensor de alta resolución, entonces tranquilamente puedo hacer leve un crop a la imagen. La elección es de uno.