Quizás pueda parecerte un poco raro que hablemos de un posible parón de actividades de la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones), pero lo cierto es que tiene su buena relevancia.
Comenzando por el principio, en los Estados Unidos hay un cierre temporal del gobierno. Hasta que se llegue a un acuerdo, solamente los empleados esenciales asisten a su trabajo. Y, de entre todas las instituciones afectadas, la FCC tomará su partida propia.
Dicho de otra forma, si para el jueves de esta semana (mañana) la financiación no se completó, entonces el organismo mencionado anteriormente cesará sus actividades por tiempo indefinido.
Ello implicará que, de acuerdo al Plan for Orderly Shutdown (Plan para el Cierre Ordenado), de los 1.142 empleados en total, deberán presentarse 245 en servicio. Esto puede deberse a que sus salarios son financiados por otras fuentes o su trabajo se considera crítico.
De manera adicional, 191 seguirán trabajando para “proteger la vida o la propiedad y apoyar actividades relacionadas con la subasta de espectro”, según dijeron en un comunicado.
¿Y en qué nos afecta al resto el cierre de la FCC?
Aquí es cuando viene una explicación fundamental. La FCC es quien se encarga de dar unas licencias necesarias para la aprobación de futuros gadgets que estén al provenir al mercado.
Si los inconvenientes con el gobierno de EE.UU. se estiran demasiado tiempo, entonces dispositivos como los Galaxy S10 corren riesgo de no recibir su certificación a tiempo. Y con ello, la presentación y disponibilidad también podrían retrasarse. Esto se aplica para cualquier aparato tecnológico, no solamente para el modelo de smartphone mencionado recientemente.
Por más que nos refiramos a un organismo de un solo país (Estados Unidos), no sería para nada raro que al tratarse de uno de los principales mercados a nivel mundial el resto de países se vea (veamos) afectado(s) como consecuencia de todo esto.
Ojalá que las autoridades locales logren un acuerdo inmediato.
