En un avance significativo para la industria tecnológica estadounidense, el Departamento de Comercio de EE. UU. anunció el lunes un acuerdo histórico con Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC). Según este pacto, TSMC recibirá $6.6 mil millones en financiación directa y hasta $5 mil millones en préstamos para establecer fábricas de semiconductores en Phoenix, Arizona. Esta iniciativa, financiada por el Acta CHIPS y Ciencia, tiene como objetivo primordial amplificar la producción doméstica de semiconductores, crucial para la seguridad nacional y la innovación tecnológica.
La movida de EE. UU. hacia el fortalecimiento de su cadena de suministro de semiconductores se da en un contexto de tensiones geopolíticas crecientes, especialmente con China. El Acta CHIPS, aprobada en 2022, destina aproximadamente $280 mil millones para fomentar la investigación y la producción de chips dentro del país. De este monto, cerca de $52 mil millones se reservan específicamente para apoyar la manufactura de semiconductores en territorio estadounidense. La legislación busca diversificar la producción de estos componentes críticos, tradicionalmente concentrada en Asia, y prohíbe a los beneficiarios de los fondos expandir su capacidad de fabricación en China.
TSMC ha anunciado planes para construir una tercera unidad de fabricación en Arizona, además de las dos ya en desarrollo. Estas instalaciones se dedicarán a la producción de chips de 2 nanómetros o más avanzados. La compañía anticipa que la primera planta comenzará a producir semiconductores bajo el proceso de 4nm en la primera mitad de 2025, mientras que la segunda y tercera planta se enfocarán en la fabricación de chips de 3nm y 2nm a partir de 2028 y hacia finales de la década, respectivamente.
Este proyecto, con una inversión superior a los $65 mil millones, representa la mayor inversión directa de una entidad extranjera en un proyecto de campo verde en EE. UU. Los clientes de TSMC Arizona incluyen gigantes tecnológicos como AMD, Apple, Nvidia y Qualcomm. Se espera que las tres unidades de fabricación generen alrededor de 6,000 empleos directos de alta tecnología y bien remunerados, además de más de 20,000 empleos en la construcción.
Este anuncio se suma a otros esfuerzos significativos por parte del gobierno estadounidense para reforzar la producción de semiconductores en el país. El mes pasado, la Casa Blanca reveló un acuerdo con el Departamento de Comercio para otorgar hasta $8.5 mil millones a Intel, mientras que Samsung, tras anunciar una inversión adicional de $17 mil millones en Taylor, Texas, espera recibir más de $6 mil millones en subvenciones para su instalación de chips en Texas.
Este impulso renovado por asegurar y expandir la fabricación de semiconductores dentro de Estados Unidos no solo es un testimonio de la importancia estratégica de esta industria, sino también un paso adelante hacia una mayor independencia tecnológica.
Con estos avances, ¿cómo crees que cambiará el panorama de la producción de semiconductores a nivel mundial?