El nuevo Snapdragon 8 Elite Gen 5 demuestra un potencial de rendimiento excepcional, aunque con demandas térmicas igualmente significativas. En pruebas realizadas con el REDMAGIC 11 Pro, equipado con refrigeración líquida y ventilador activo, el chip alcanzó 56°C bajo carga gráfica intensa, logrando mantener un rendimiento estable gracias a su sofisticado sistema de disipación.
En contraste, el realme GT8 Pro —con un sistema de refrigeración más convencional— registró una temperatura máxima de 44.1°C, pero experimentó caídas de rendimiento de hasta 38.9% en pruebas exigentes como Wildlife Extreme. Esta diferencia resulta notable al compararlo con su predecesor, el GT7 Pro, que conservaba más del 70% de su potencia bajo condiciones similares.

Los resultados confirman que el Snapdragon 8 Elite Gen 5 ofrece un rendimiento sobresaliente en ráfagas cortas o tareas moderadas, pero requiere sistemas térmicos robustos para sostener su máxima capacidad durante sesiones prolongadas de uso intensivo.
Este comportamiento plantea un desafío clave para los smartphones de 2026 que integren el procesador: solo los diseños con refrigeración avanzada podrán aprovechar todo su potencial sin comprometer la experiencia de usuario o la autonomía. En definitiva, lo nuevo de Qualcomm representa una bestia de potencia cuyo verdadero reto será mantenerla bajo control térmico efectivo.



