Es sabido que la era digital llegó para quedarse, y junto a ella, el sinfín de opciones para comunicarnos a través de nuestro móvil o computadora. Dentro del abanico de posibilidades para dialogar de manera virtual, son las redes sociales las que irrumpieron con fuerza y modificaron todo precedente de cómo las personas se relacionan a distancia y a través de una pantalla, sobre todo con el emoji.
En ese sentido, los emojis juegan un rol bastante particular en la comunicación virtual y digital, ya que con un solo touch o clic, se puede expresas fácilmente y de manera concreta una emoción, un acto, o una situación determinada; más allá de la interpretación que cada individuo pueda otorgarle desde lo personal.
Pero antes que todo, ¿qué es un emoji? Acá citaré a la RAE:
Emoji, Del jap. emoji, y este de e ‘dibujo’ y moji ‘carácter, signo de escritura’.
Pequeña imagen o icono digital que se usa en las comunicaciones electrónicas para representar una emoción, un objeto, una idea, etc.
Un poco de historia sobre el emoji
Antes de introducirnos en el gigante mundo de los emojis, es importante irnos un par de años más atrás en el tiempo, y saturarnos en década del 80’, la época de los emoticonos.
¿Qué es un emoticono? Volvamos a la RAE:
Del ingl. emoticon, y este de emotion ’emoción’ y de icon ‘icono’, infl. en su t. por icono.
Símbolo formado por signos del teclado, que representa una expresión facial y se usa en los mensajes electrónicos para expresar el estado de ánimo del emisor o el tono del mensaje.
¿Quién no ha expresado alguna vez alegría a través del signo :-) para indicar alegría o ha usado :-( para indicar pena?
Y acá aparece un nombre que jugó un rol clave en lo que respecta a establecer las bases para el uso de emoticon, y me refiero a Scott Fahlman, informático computacional que publicó un curioso mensaje dentro de los boletines de la Carnegie Mellon University.
En 1982 existía Arpanet, una plataforma donde los académicos enviaban mensajes a todas las personas que eran parte de ella. Una especie de red social en la cual se colgaban anuncios cargados de sarcasmos, cuestión que más de alguna vez causó problemas entre los miembros del sitio, así que, para contrarrestar esos malentendidos, Scott decidió inventar un símbolo para identificar qué era un chiste y qué no. Fue así como se dio cuenta de que si la gente giraba su cabeza era posible crear un rostro usando los dos puntos como ojos, un menos como nariz y un paréntesis como boca.
Luego escribió una nota a todos diciendo: podemos usar este símbolo para marcar los chistes :-) y este otro :-( para indicar lo que es en serio.
Fue así entonces, como algo tanto sencillo y práctico, tomo fuerza y abrió múltiples posibilidades para añadir una nueva manera de comunicación.
De ahí nos saltamos al año 1999, cuando la empresa de telecomunicaciones japonesa NTT DOCOMO lanzó los 176 emoji originales para teléfonos móviles y buscapersonas. Diseñados en una sencilla cuadrícula de 12×12 píxeles por Shigetaka Kurita, los emojis mejoraron la interfaz visual de los dispositivos de DOCOMO y facilitaron el auge de la incipiente práctica de los mensajes de texto y el correo electrónico móvil. Inspirándose en fuentes variadas, como el manga, los dingbats de Zapf y los emoticonos de uso común (caras sencillas hechas con glifos preexistentes), el conjunto de Kurita incluía ilustraciones de fenómenos meteorológicos, pictogramas y una serie de caras expresivas. Sencillos, elegantes e incisivos, los emojis de Kurita plantaron la semilla de la explosión de un nuevo lenguaje visual.
Aunque existen registros previos a los emojis de Kurita, en 1997, cuando se lanzó el teléfono móvil DP-211SW de J-PHONE, que ya incluía un conjunto de emojis.
De hecho, el propio Kurita tuiteó en enero de 2019 que
“El primer uso de emoji en dispositivos móviles en Japón fue un localizador, pero en teléfonos móviles DOCOMO no fue el primero, creo que fue el J-PHONE DP-211SW”
¿Cuándo y por qué se celebra el día del emoji?
Desde el 2014, cada 17 de julio se celebra el Día Mundial del Emoji; acontecimiento que se vive principalmente en redes sociales, siendo Twitter la plataforma que suele tener mayor protagonismo debido a sus hashtags #DiaMundialDelEmoji y #WorldEmojiDay que los usuarios utilizan para indicar cuáles son sus emojis favoritos y más usados en el día a día. De hecho, existe una cuenta certificada que, como era de esperar, se abrió en julio del 2014: @WorldEmojiDay.
¿El motivo de celebración?
Y acá aparece otro nombre relevante: Jeremy Burge, de Emojipedia, quien fundó la celebración no oficial en 2014, eligiendo el 17 de julio como la fecha anual. ¿A son de qué? La verdad es que se desconoce con exactitud el real motivo de Burge para fundar el Día Mundial del Emoji, pero se relaciona a la necesidad de poder recordar la importancia que los símbolos tienen en la comunicación actual.
Tal es el nivel de importancia que se le da a este tema, que existe un blog de Emojipedia que te mantiene al tanto con todo lo relacionado con el mundo de las caras. Ah…, y también una cuenta de Instagram: Emojipedia. Todo un imperio, el de los emojis.
¿Pero por qué el 17 de julio?
La elección de esta fecha fue debido a que es la que aparece en el emoji que las principales plataformas usan en su icono del calendario. De hecho, Apple fue la primera en emplearlo en 2002, como icono de su aplicación calendario iCal, que fue presentada precisamente el 17 de julio de ese mismo año.
Unicode, el organismo encargado de aceptar y validar todos los emoticonos que tenemos en nuestros dispositivos, incluyó el emoji del calendario con la fecha del 17 de julio en 2010 en la versión 6.0 del listado. Así es, leíste bien, existe un organismo encargado de dar luz verde o rechazar un emoji… ¿Qué tal?
Los emojis más usados en Twitter
Un análisis realizado el pasado febrero de este año por el sitio Crossword Solver, arrojó vario datos interesantes. Por ejemplo, en Sudamérica, Guyana y Bolivia lideran el orgullo nacional, cada uno tuiteando su respectiva bandera nacional más que cualquier otro emoji. Mientras que Chile, si fuera por el emoji, seríamos un país bastante bueno pa’ la risa.
