La guerra comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos ha creado un escenario complejo y en constante evolución. Recientemente, China ha respondido al veto de Estados Unidos sobre el acceso a ciertos materiales necesarios para la construcción de semiconductores vetando la exportación de galio y germanio a Estados Unidos y sus aliados. Este movimiento ha tensado aún más las relaciones entre ambas naciones y ha llevado a un aumento en la acumulación de materias primas por parte de China para mantener su industria tecnológica.
Un ejemplo de la complejidad de esta situación es el lanzamiento del Huawei Mate 60 Pro, que utilizó el procesador Kirin 9000S fabricado por Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC) en una litografía de 7 nanómetros y con conectividad 5G. Esto fue sorprendente ya que se creía que las restricciones impuestas por Estados Unidos habían impedido que China accediera a la tecnología necesaria para crear chips de última generación. Además, se encontraron componentes de RAM y NAND de SK Hynix en el dispositivo, lo que planteó preguntas sobre cómo se produjo este SoC.
El gobierno estadounidense está investigando este asunto y es probable que resulte en nuevas sanciones contra China. Esta no es la única razón para anticipar sanciones adicionales. China, anticipando una respuesta de Estados Unidos a su prohibición de exportar galio y germanio, está comprando grandes cantidades de materiales críticos de Taiwán, a pesar de que Taiwán es aliada de Estados Unidos. Esto sugiere que China se está preparando para un contraataque estadounidense al vetar el acceso a otros materiales esenciales para su industria tecnológica.
La situación es compleja y en constante cambio, y las sanciones y restricciones comerciales pueden tener un impacto significativo en las economías globales. El conflicto también ha impulsado a China a buscar la autosuficiencia tecnológica, incluida la fabricación de la maquinaria necesaria para crear chips de alta tecnología. En resumen, la guerra comercial y tecnológica entre China y Estados Unidos está lejos de resolverse y continúa siendo un factor importante en la geopolítica y la economía global.