Dentro de los anuncios que Asus hizo durante esta CES, la compañía Taiwanesa aprovechó para introducir un producto capaz de trabajar sin mayor problema de trabajar con Tango, la plataforma de Realidad Aumentada de Google. Pero quizás, para algunos, se excedió con las especificaciones técnicas.
Este es el Asus ZenFone AR, un equipo que cuenta entre sus características con un Snapdragon 821 emparejado con 8GB de memoria RAM. Sí, hay una versión de 6GB también, pero 8GB ya es una cifra fuera de cualquier rango en equipos móviles.
En la mano este smartphone se siente muy cómodo. Tiene 170 gramos de peso, pero no se siente ni incómodo ni pesado, pues parecen haber puesto mucho énfasis en repartir de buena manera el peso del equipo.
El ZenFone AR tiene además 3 cámaras: Una frontal de 8MP, una trasera de 23MP (con sensor Sony) y una tercera cámara apta para Tango que permite al equipo tener conciencia de su posición en el espacio, permitiendo sacar partido de las prestaciones que la plataforma está desarrollando en el campo de la realidad aumentada.
Por si fuera poco, este equipo también está listo para ser compatible con Daydream, por lo que puedes tener ambas capacidades sin complicaciones en un mismo dispositivo.
Llama la atención que este aparato de enormes prestaciones tenga una batería de 3300 mAh. La optimización de uso de energía de Snapdragon 821 es buena, y Android 7.0 hace un buen trabajo en esto también, pero tengo mis dudas respecto a su real autonomía usándolo en todas las dimensiones para las que está preparado este dispositivo.
El Asus ZenFone AR es una navaja suiza de la tecnología, sumándose a prácticamente todas las tendencias más interesantes que han salido de las entrañas de Google en el último año. No sé si eso es bueno o es malo, pero sí sé que está excelentemente ejecutado y que es un dispositivo impecable, el que marca el nuevo límite a romper por equipos icónicos de otras marcas.
Considerando la posición que Asus tiene en el mercado de componentes y memorias, este equipo es una gran forma de decirle al resto «Lo hicimos porque podemos hacerlo, y lo hicimos bien». Añoro poder ponerle las garras encima y probarlo en condiciones reales de uso.