Apple ha ampliado la lista de dispositivos oficialmente clasificados como obsoletos, incorporando modelos clave como el iPhone SE original, el iPad Pro de 12,9 pulgadas de segunda generación y las ediciones Hermes y Nike del Apple Watch Series 4. Este último caso resulta llamativo porque el Series 4 estándar sigue figurando como “vintage”, categoría previa a la obsolescencia total, lo que refleja cómo distintas variantes pueden avanzar a ritmos diferentes dentro del ciclo de soporte.
La compañía define un producto como obsoleto cuando han pasado más de siete años desde que dejó de distribuirse, no desde su lanzamiento. Esto provoca diferencias entre modelos que comparten hardware, ya que algunas versiones salen del catálogo antes que otras y llegan antes a la fase final de soporte. La reciente actualización evidencia cómo los relojes de edición especial pueden agotar primero su ventana de servicio oficial.
Al pasar a la categoría de obsoletos, los dispositivos dejan de recibir reparaciones en centros autorizados porque las piezas ya no pueden ser solicitadas a Apple. Aunque existen excepciones contadas —especialmente para reemplazos de batería en portátiles que aún tengan inventario disponible—, el proceso marca el cierre definitivo del soporte técnico y del acceso a componentes originales.
Como parte de su política de transparencia, Apple mantiene además una lista de productos “vintage”, aquellos que aún pueden repararse pero que entrarán en la fase de obsolescencia dentro de un máximo de dos años. Esta información permite a los usuarios anticipar posibles restricciones futuras y planificar con mayor claridad la renovación de sus equipos dentro del ecosistema de la marca.
