Es un titular duro, lo sé, pero no está lejos de ser verdad. Tras recibir una dura sanción por parte de la European Commision en contra de Android por prácticas antimonopolio, Google ha publicado la lista de cambios que realizará en el viejo continente y, la verdad, esto puede marcar un antes y un después para este sistema operativo.
El primer cambio, y quizás es el más importante, es que a partir de ahora Google cobrará una licencia por sus aplicaciones nativas, tales como Play Store, Gmail, Calendar o YouTube, por ejemplo. Por otro lado, la aplicación de búsqueda y Google Chrome serán gratuitas, siempre y cuando vengan ambas juntas. En caso de que se quiera elegir una u otra, habrá que pagar una licencia separada.
Antes de seguir, es necesario aclarar que AOSP (Android Open Source Project) seguirá siendo gratuito, como siempre, pero esto es casi una anécdota para desarrolladores independientes más que nada, ya que cualquier fabricante que quiera utilizar Android querrá entregar, como mínimo, la opción a sus usuarios para acceder a la tienda de aplicaciones de Google.
Esto nos hace preguntarnos: ¿habrá un impacto en los precios de los teléfonos y tablets en Europa a causa de esto? Sin duda que es una posibilidad, ya que muy rara vez hemos visto que las grandes marcas absorban este tipo de costos y, finalmente, siempre terminan siendo trasladados al comprador.
Y esto ya pasó antes
El impacto de este tipo de casos es bastante dramático. Si nos remontamos unos años atrás, recordaremos que Microsoft cobraba un fee por utilizar su sistema operativo Windows Mobile y que fue justamente Android (una alternativa gratuita y potente) que llegó a robarle el espacio que prometía tener.
Muy probablemente esto no marcará ninguna diferencia para el usuario final en el corto plazo, pero sin duda que podría hacerlo en unos años más. Al fin y al cabo esto es un incentivo más para que los fabricantes intenten dar otro empujón a sus sistemas operativos propios, pensando en que Android está cerrándose cada vez más.
Estos cambios comenzarán a regir a partir del 29 de octubre de este año para todos los dispositivos que se lancen en Europa tras esa fecha.