Cuando se empezó a trabajar en el iPhone X, una de las mayores interrogantes era saber quien sería el encargado de proveer a la empresa con sus pantallas, y finalmente fue Samsung el elegido para poder llevar a cabo el teléfono.
Desde entonces, muy buenas críticas se ha llevado el teléfono en este apartado, consolidando el sitial de privilegio de la empresa coreana en este tipo de componentes, y pese a que Apple gozó de ganancias sin precedentes el año pasado, habrían decidido recortar la producción del iPhone X, lo que explica las bajas ventas de su teléfono en la temporada navideña.
Esto habría llevado a Samsung a quedarse con un sobre stock de pantallas OLED, lo que no debe tener para nada contentos a los coreanos, pues hacer una unidad de este tipo de pantallas cuesta casi USD $100 más que una pantalla LCD normal.
De este modo, Samsung tendrá que buscar una fórmula para poder comercializar este tipo de pantallas a algún fabricante, tarea que no es para nada de las más simples, pues con LG arremetiendo en su producción y algunas marcas chinas y japonesas como JDI apostando por sus propias pantallas, podrían hacer este movimiento un poco más dificultoso.