Antes que nada, quiero dejar claro que NO estoy en contra de que la tecnología avance, en que cada vez necesitemos menos cables, pero honestamente, sí estoy en contra de que algo que prácticamente utilizo todos los días se me quite de repente, y que lamentablemente, me vea en aprietos la próxima vez que quiera renovar mi teléfono móvil.
Ah, y no estoy ni ahí con andar comprando cables y adaptadores extras de $10, $20 ó $30 dólares para escuchar música.
No soy un connoisseur de la tecnología detrás del sonido y música, de hecho me importa la nada misma que un teléfono venga con un DAC o la tecnología APTnosécuantito, pues siempre termino ocupando unos audífonos relativamente baratos. Yo sólo disfruto de la música que escucho, nada más.
Con esto quiero decir que yo personalmente no invierto plata en audífonos Bluetooth y todo eso, pues no me interesa tener que preocuparme todos los días de poner a cargar un dispositivo más. Porque creanme, escucho mucha música todos los días, a toda hora, todo el rato. El clásico audífono a cable entonces me simplifica todo, pues sólo los saco de mi bolsillo, los conecto al puerto de audífonos, y listo.
Mi experiencia con audífonos y parlantes Bluetooth ha sido algo engorrosa, y al final me acabé aburriendo de los procesos de conexión, o de que a veces se conectaba a otro dispositivo al cual no quería que lo hiciera, o que a veces reciba una llamada y sonara en mis audífonos a los cuales creí que estaban desconectados, y un largo etcétera. En conclusión, prefiero tener control absoluto de cuando quiero y no quiero escuchar música, pero que a la vez sea rápido y simple, algo que los audífonos a cable me proporcionan satisfactoriamente. Pero no sólo va por ese lado.
Soy una persona que prefiere lo útil antes que lo estético. Todo lo que tengo y cómo lo tengo adaptado tiene una razón ser. Es por eso que prefiero que el puerto de audífonos esté antes de que mi teléfono sea un milímetro más delgado, un aspecto que me parece totalmente irrelevante e incluso innecesario.
Pero pongámonos en situaciones concretas.
Dado que el Jack de 3.5 mm es un estándar, lo podemos encontrar en una gran variedad de dispositivos e incluso en automóviles y diversos vehículos, pero no siempre tendremos Bluetooth a nuestra disposición, al menos no todavía. Nunca falta que nos encontramos frente a un dispositivo que no tiene dicha tecnología, pero sí el puerto de audífonos, ¿Pero entonces qué ocurre cuando nuestro teléfono cuenta con todo lo contrario? A eso es lo que voy, y lo que siempre prefiero evitar.
Lo mismo ocurre, por ejemplo, cuando salimos o nos vamos de viaje, y se nos quedan los audífonos en casa. Fácilmente podríamos comprar unos que cuestan no más de $5.000 pesos, y si bien no se van a escuchar de la mejor manera, sí pueden ayudar a solventar aquel gusto que tenemos por escuchar música mientras nos movilizamos.
Sé que no son situaciones en las que nos encontramos todos los días, pero de todas maneras prefiero estar preparado antes que lamentarme.
No lo niego, Bluetooth 5 es un gran avance con respecto a versiones anteriores, pero mientras no sea lo suficientemente masificado, mejor adaptado y más accesible, entonces no vale la pena sacrificar un estándar que realmente funciona.