La bomba del día de hoy: el Google Pixel 2 viene con la mejor cámara del mercado, de acuerdo a DxOMark, quienes le otorgaron un puntaje de 98 sobre 100.
Claro, muchos dirán que es porque Google le pagó a dicha compañía para que analizaran la cámara de este dispositivo, y si la memoria no me falla, durante este año hemos escuchado varias veces –por lo menos unas tres o cuatro– que «Nuestro teléfono viene con la mejor cámara del mundo…»
Pero a muchos les llamó la atención de que el nuevo Pixel no venga con una configuración de doble cámara, lo que ha desembocado en un sinfín de preguntas, pero que a la larga todas tienen el mismo fin: ¿Por qué es mejor que las otras, si tiene menos características que el resto?
Antes de empezar, me gustaría plantearles la siguiente inquietud: ¿Qué es lo que los usuarios necesitan, cámaras mejoradas o mejores fotos?, piensen en esto a medida que lean el siguiente texto.
No porque sea nuevo significa que sea mejor
El segundo sensor ya es prácticamente un estándar en el mercado de teléfonos móviles de alta gama, pero a ver, repasemos un poco lo que se propone: un gran angular, fotos en blanco y negro, un teleobjetivo, un efecto de profundidad de campo, efectos de iluminación… Según ustedes ¿cuál de estas características funciona mejor?.
Mmm… El gran angular del LG G6 con mucha suerte entrega buenos resultados, el sensor monocromático del Moto Z2 apenas resulta útil, el teleobjetivo del iPhone 7 Plus o del Galaxy Note 8 comienza a ser inútil cuando la luz se va… Y así podemos seguir nombrando la lista de defectos que estos traen consigo.
A lo que voy con esto, es que las empresas nos están ofreciendo una característica que todavía no ha sabido encontrar su acogida entre los usuarios. ¿Son útiles? Claro que sí, pero no aportan mucho en la experiencia final, y debido a esto, la mayoría de los usuarios –con excepción de algunos– se olvida que los tiene.
Claro, llama la atención que un teléfono tenga dos lentes en su parte trasera, eso es parte de lo revolucionario, pero a la larga todos acabamos utilizando el sensor principal para prácticamente todas las capturas que realizamos.
Menos es más
Creo que esa es la filosofía de Google detrás de la cámara del nuevo Pixel 2, y que también la vimos con el primera versión de este dispositivo.
Súper simple: con dos sensores, la compañía tiene el doble de trabajo para adaptarlos de buena manera. En cambio, con uno solo, estos se pueden centrar en perfeccionar y pulir el sensor y el software del mismo, es decir, se puede invertir más tiempo en mejorar el rango dinámico, el autoenfoque, la reproducción de colores, en la óptica, y un largo etcétera, de un solo sensor, y así conseguir mejores resultados en cuanto a calidad de imagen.
Asimismo, podemos ver la inclusión de otras tecnologías como lo es el sistema Dual Pixel, que mejora considerablemente el autoenfoque, y que además permite generar este efecto bokeh sin la necesidad de contar con una segunda cámara, esto gracias a que esta tecnología permite recolectar mucha más información del entorno que el resto.
Los resultados son claros. El año pasado vimos algo similar con el primer Pixel, teléfono que tomaba mejores fotos que un iPhone 7 Plus, mientras que con el nuevo Pixel 2 pasa prácticamente lo mismo, o al menos eso se puede apreciar en las tomas realizadas por los chicos de DxOMark.
También no olvidemos a Samsung con su Galaxy S8, dispositivo que si bien ya se vio superado por el Note 8 –y que no tuvo cambios significativos con respecto a su antecesor–, sigue tomando mejores fotos que la mayoría de otros teléfonos con una configuración de doble cámara.
Las mejoras son necesarias, la innovación no tanto
La fotografía es un campo que no evoluciona de manera rápida, usualmente las nuevas generaciones de cámaras o lentes vienen en forma de mejoras, pero pueden pasar una, dos, tres, o muchísimas más iteraciones para que recién veamos un cambio importante en estas. Es por ello que las cámaras fotográficas y los objetivos son los objetos tecnológicos que menos valor pierden al pasar de los años, puesto que no caducan tan rápidamente como los teléfonos móviles.
Con esto no quiero decir que las dobles cámaras no sean útiles ahora mismo o que estén adelantadas a su tiempo, sólo creo que todavía no son necesarias, puesto que todavía requieren algo más de desarrollo. El nuevo Pixel es el ejemplo claro de que todavía se puede prescindir de esta característica, así como también el HTC U11 o el Galaxy S8 de Samsung dan fe de aquello.
Retomando la pregunta planteada al inicio, yo creo que se debe tener un equilibrio entre ambos, pero al final del día, lo que más importa es cómo sale la foto final, no la cantidad de mejoras «útiles» o «revolucionarias» que los fabricantes estén implementando en sus teléfonos.
Quizás estos tres dispositivos mencionados anteriormente hayan desplazado el 2017 como el año de las dobles cámaras, pero quién sabe, quizás el próximo veamos dispositivos con mejores sensores secundarios, que sean capaces de entregar resultados acordes a lo que se nos ofrece, pero mientras no sea así, lo mejor será seguir apegándose a una sola cámara principal.