Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard ha diseñado CHIEF, una nueva herramienta de inteligencia artificial con la capacidad de diagnosticar diversos tipos de cáncer, ayudar a los médicos en la selección de tratamientos y predecir las tasas de supervivencia de los pacientes. Según un estudio publicado recientemente en la revista Nature, esta tecnología sobresale por su flexibilidad, comparándose con sistemas lingüísticos como ChatGPT.
A diferencia de otros modelos de IA, que se limitan a tareas específicas y aplican en un número reducido de cánceres, CHIEF puede realizar una amplia variedad de tareas en 19 tipos diferentes de cáncer. Este avance marca un paso adelante en la versatilidad de las herramientas de diagnóstico basadas en IA, lo que podría facilitar decisiones más informadas y personalizadas para los pacientes.
Kun-Hsing Yu, principal autor del estudio, destacó que CHIEF es capaz de realizar tareas como la detección de células cancerosas y la predicción del perfil molecular de los tumores con una precisión superior a la de los sistemas actuales. «Nuestra ambición era crear una plataforma de IA ágil y versátil similar a ChatGPT que pudiera desarrollar una amplia gama de tareas de evaluación del cáncer», explicó Yu.
La herramienta de Harvard se diferencia de otros modelos porque no solo identifica la presencia de cáncer, sino que también pronostica la respuesta del paciente a tratamientos convencionales como la cirugía, quimioterapia, radiación e inmunoterapia. Los investigadores señalaron que esta IA también detecta características tumorales hasta ahora desconocidas, que podrían influir en la supervivencia del paciente.
Para su desarrollo, CHIEF fue entrenado con 15 millones de imágenes digitales de tejidos tumorales no etiquetadas, lo que le permitió reconocer patrones en una amplia variedad de muestras. Posteriormente, se expuso a 60,000 imágenes adicionales provenientes de diferentes órganos, incluyendo pulmón, mama, próstata y colon, entre otros.
Los resultados obtenidos por esta IA de Harvard son impresionantes: alcanzó una precisión del 94% en la detección de cáncer y superó a otras herramientas similares en 15 conjuntos de datos, mejorando su capacidad para predecir tanto la evolución de la enfermedad como las tasas de supervivencia a largo y corto plazo.
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