La tecnología Near Field Communication (NFC) está integrándose cada vez más en nuestras vidas, facilitando desde pagos móviles hasta el control de dispositivos inteligentes.
Esta tecnología permite la transmisión inalámbrica de datos entre dispositivos cercanos sin necesidad de contactos físicos. Esta tecnología se basa en la identificación por radiofrecuencia (RFID) y se popularizó a principios del 2000. Hay dos modos principales de operación: el activo, donde ambos dispositivos generan campos electromagnéticos para intercambiar datos, y el pasivo, en el cual un dispositivo responde al campo generado por otro. Los ejemplos incluyen tags que pueden contener datos como URLs o información de contacto.
La versatilidad de NFC se extiende a varios ámbitos:
- Control de acceso: Tarjetas o móviles NFC permiten el acceso a edificaciones y eventos.
- Intercambio de información: Facilita la transferencia de datos como fotos o vídeos entre dispositivos.
- Transporte público: Se utiliza en sistemas de pago de transporte.
- Etiquetas inteligentes: Proporcionan información de productos directamente al consumidor.
- Autenticación y seguridad: Ayuda a verificar la identidad de los usuarios en sistemas de seguridad.
- IoT: Permite el manejo de dispositivos del Internet de las Cosas.
“NFC es una herramienta segura que ofrece muchas posibilidades. Siendo conscientes de los riesgos y tomando las medidas adecuadas, se puede maximizar su uso seguro”, afirma Fabiana Ramirez, Investigadora de Seguridad Informática de ESET Latinoamérica.
A pesar de su conveniencia, existen riesgos como el Malware NFC, el Sniffing NFC y el robo de datos. Para contrarrestar estos peligros, ESET recomienda usar aplicaciones de fuentes confiables, mantener los dispositivos actualizados y protegerlos con contraseñas robustas.
¿Te sientes seguro utilizando esta tecnología?