La Universidad de Maine, conocida por albergar la impresora 3D más grande del mundo, ha dado un paso más allá en la innovación tecnológica al presentar una nueva impresora aún más grande el pasado martes. Este avance promete no solo acelerar la construcción de viviendas sino también potencialmente desarrollar barrios enteros, ofreciendo una solución novedosa a la crisis de vivienda asequible.
La nueva máquina, cuatro veces más grande que su predecesora y ubicada en el Centro de Estructuras Avanzadas y Compuestos de UMaine, es capaz de imprimir objetos de hasta 96 pies de largo, 32 pies de ancho y 18 pies de alto (aproximadamente 29 x 10 x 5,5 metros). Utiliza polímeros termoplásticos y está equipada con lo último en robótica, nuevos sensores, computación de alto rendimiento e inteligencia artificial.
Esta impresora no solo aumenta la escala de construcción posible, sino que también reduce significativamente el tiempo y la mano de obra necesarios para construir viviendas. Habib Dagher, director del centro, explicó que la impresora, apodada «Fábrica del Futuro 1.0», podría cambiar radicalmente la forma en que abordamos la construcción de viviendas, con un enfoque en la sostenibilidad y la eficiencia.
Además de viviendas, la impresora ha sido utilizada para construir barcos y estructuras para el Departamento de Defensa, demostrando su versatilidad. Los proyectos futuros incluyen la construcción de un barco de 50 pies y casas destinadas a albergar a personas sin hogar, aprovechando la capacidad de la impresora para trabajar con materiales basados en residuos de madera abundantes en Maine.
Una de las ventajas más notables de esta tecnología es su bajo impacto ambiental. Según Dagher, los materiales impresos pueden ser descompuestos y reutilizados para nuevas construcciones. Este enfoque no solo aborda la necesidad de vivienda asequible, sino que también reduce la huella de carbono asociada a la construcción tradicional.
La nueva impresora fue financiada principalmente por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y construida en colaboración con Ingersoll Rand y Somatex. Dannel Malloy, canciller del Sistema Universitario de Maine, destacó la importancia de estas colaboraciones para el desarrollo y la implementación de tales innovaciones.
Con su nueva impresora 3D, la Universidad de Maine no solo se posiciona en la vanguardia de la tecnología de impresión 3D, sino que también se convierte en un referente en la lucha contra la falta de vivienda y la búsqueda de soluciones constructivas sostenibles. Este avance representa un gran paso hacia el futuro de la construcción y el diseño urbano.
¿Cómo crees que la implementación de esta tecnología de impresión 3D en gran escala podría transformar otras industrias además de la construcción?