Intel está siguiendo el ejemplo de AMD al incorporar tecnología de memoria caché apilada en sus procesadores. Esta innovadora tecnología, similar a la utilizada en los procesadores Ryzen de AMD con 3D V-Cache, implica la disposición en capas de la memoria caché para aumentar su capacidad y, en última instancia, mejorar el rendimiento.
La memoria caché juega un papel fundamental en el funcionamiento de un procesador, ya que almacena datos a los que el procesador necesita acceder de forma rápida. Al aumentar la cantidad de memoria caché y acercarla al procesador, se reduce la latencia, lo que se traduce en un mejor rendimiento.
Intel ha estado llevando a cabo importantes cambios en el diseño de sus procesadores, pasando de un sistema monolítico a uno heterogéneo que combina núcleos de alto rendimiento y eficiencia energética. En la actualidad, están trabajando en la implementación de memoria caché apilada en una amplia gama de sus futuros procesadores, desde la línea Core hasta soluciones más avanzadas utilizadas en servidores y en aplicaciones de inteligencia artificial (IA).
Esta estrategia de Intel se enmarca en sus esfuerzos por mantener su competitividad y rentabilidad en el mercado de procesadores. Además, la compañía está explorando nuevas oportunidades en el mercado de tarjetas gráficas y ofreciendo servicios de fundición a terceros como una fuente adicional de ingresos.
Fuente: Tom’s Hardware